Crónica de un concierto anunciado

Concierto en El Celleret de Vilanova

Hoy voy a hablar de un concierto. Pero no de un concierto cualquiera, si no de un concierto muy especial. Y no visto desde la barrera, no. Visto como músico.

Eran las doce de la mañana del sábado y había que preparar un montón de cosas. Limpiar y relucir la guitarra, afinarla, guardarla en la funda y repasar uno a uno los equipos que debía llevarme.

Flyer del directo

Poco a poco fui sacando la mesa de sonido, su amplificador (que pesa un quintal), la pantalla (esta pesa el otro quintal), el micro y su pie para apoyarlo…. El atril para las letras, el book de letras (no me vaya a llevar algún otro y verías tu que risa…), las púas, y los cables de conexión para todo el equipo de voces; los largos, los cortos y los de por si acaso..

Jacks para el micro y para la guitarra. Alargadores, conexiones a la electricidad, el ladrón…

En fin, que cuando me dijeron aquello de «hazte cantante para llevar sólo el micro» me lo vendieron mal. Jajajajaaa… No, no es cierto. Somos los tipicos músicos que llevan un equipo de 5.000 €, para llevarlo en un coche de 500€ cargado hasta los topes y cobrar 50€ en un trabajo de 5 horas. Viva el número 5 y los ceros a la derecha!

Después de comer pronto, te pones a cargar ese coche hasta los topes. Son las tres y debes llegar antes de las cuatro a casa de tu compañero en mil batallas, donde te espera con su contrabajo. Vuelves a cargar el coche… y por fin! Vámonos al local donde hemos quedado a las 5 y media!

Por la carretera

Mientras vas de camino vas hablando de cosas de todo tipo, eso hace que los vínculos crezcan sin darte cuenta, y a medida que te vas acercando al local de destino te vas preguntando cómo será. Como será el local, la gente que lo lleva… Cuantas personas vendrán a tu directo, si les gustará lo que ofreces…

En la ciudad

La cinco y cuarto y llegas al local. Te reciben los dueños y el organizador del evento. Son personas que al final se vuelven amigos. Es inevitable. Nos hemos visto muchas veces, hemos compartido cosas personales, y música, mucha música.

Desmontas el tetris de material que llevas en el coche y empiezas a montar en la esquina que te tienen preparada para ti. A las siete debe comenzar el directo. Y mientras vas probando equipo y sonido para el concierto empiezan a llegar los primeros invitados.

Entrada al Celleret de Vilanova i La Geltrú

Ahí te das cuenta que la hora se acerca y aceleras la prueba para que todo vaya bien. Tocas unas primeras notas, las miradas se dirigen hacia ti y ves la felicidad en la cara de los presentes. La música en directo tiene ese efecto y es maravilloso.

Probando sonido

Siete y cinco de la tarde. Después de haber saludado y hablado con un montón de gente dándote cuenta que van a ser muchas personas escuchando tu música sabes que has de empezar. Nervios? Noooo!! Se fueron después de cargar el coche hasta lo topes.

Empezamos!

Primeros compases, primeras canciones, primeras sensaciones. Que subidón de adrenalina. Oyes como la gente canta, baila, se rie, no te mira pero te escucha y todo son sonrisas. Ves ojos abiertos como platos mirándote con la media sonrisa. Notas como las vibraciones de los instrumentos te invaden, y ese ambiente, lo estas creando tu. Es fantástico. Esas sensaciones hacen que todo valga la pena.

En concierto

Y hora y media muuuuy larga después, ante la complicidad de los que alli hay, se acaba el concierto. Despedidas, felicitaciones, abrazos, nos volveremos a ver, besos y sonrisas…una tarde plena de sensaciones. Maravillosa tarde…

El público se marcha. Unos irán a cenar, otros a sus casas, o al cine, al teatro, a tomar una copa…volverán a sus vidas sin darte cuenta que tú, por un momento, has sido parte de ella y puede, que no dejes de serlo nunca más.

Familia…

Toca recoger, desmontar, beber una cerveza tranquilo con tu compañero de mil batallas y una mas. Y recordar fallos, cosas divertidas, momentos memorables… Mientras, tus tres amigos preparan algo para cenar tranquilos. Te sientas, hablas con ellos, estrechas lazos, te relajas, dejas de ser «el músico» para convertirte en la persona que llevas y hablar tranquilamente con ellos.

Diez y media de la noche. Nos levantamos y cargamos el coche de nuevo. Es un misterio. Con lo bien ordenado que nos había quedado en la ida ahora ya nada está en su sitio, pero cabe, todo cabe. Despedidas y vuelta para casa. Todos estamos cansados, pero felices.

Inseparables

Hora y media después, primera parada. Se hace mas corto el camino hablando de lo que ha ocurrido y planeando cosas para el proyecto. Cambio de coche, volver a cargar y para casa.

Ya no se ni que hora es. Hay que descargar el material en casa. Y ahí queda, todo en mitad de la habitación. Mañana será otro día. Toca dormir y descansar.

Hasta el próximo concierto

PD: Todas las fotos han sido perpetradas por el gran Javi Maestro, excepto las dos desde dentro del coche hechas por mi y la de grupo hecha con un Redmi Note, que la debió hacer alguien que tenia un Redmi Note. Gracias!